martes, 8 de septiembre de 2009

Egipto

Martinete a altas horas de la noche.

Garcilla Cangrejera sobrevolando el Nilo.

Martín Pescador Pío (foto aumentada).

Templo de Abú Simbel.

Faluca en el Nilo.

Casa Nubia junto al Nilo.

Pescadores del Nilo.

Atardecer en el Nilo.

Templo de Luxor.

Grafiti de 1.859.

Templo de Edfu.

Pirámide de Kefren.

Avenida de las esfinges en Luxor.

Gran Esfinge y Pirámide de Kefren al fondo.

Valle de los Reyes (o mejor "sartén").

Gran Esfinge y Pirámide de Keops al fondo.

Colosos de Memmon.

Estatua de Ramses II.

Pirámide escalonada de Shakara.

Cairo nocturno.

Cairo nocturno.


Hola a todos después de un descanso estival. Acabo de llegar de un viaje por Egipto, que aunque no era de tipo ornitológico, me ha permitido conocer nuevas especies de aves que anteriormente sólo había visto en guías o en documentales. Aunque creé este blog para hablar e ilustrar sobre naturaleza, la sensación que puede dar el hecho de publicar algo sobre destino tan turístico pudiera parecer que se aleja de mi propósito inicial. Pero yo pienso que no por lo que a continuación explico, aunque a buen seguro me acabaré yendo por las ramas… defecto mío.
Ciertamente, país de grandes contrastes, Egipto. Si tenemos en cuenta que su superficie abarca más de un millón de kilómetros cuadrados (casi tres veces la de España) no nos sorprendería el hecho de que su población casi duplique la de nuestro país. Sin embargo hemos de saber que el 93% de todo el territorio egipcio es puro desierto (nada menos que el Sahara), y que por tanto todos sus habitantes se concentran en el 7% de terreno restante, conformado por las orillas y el delta del Nilo, una pequeña franja junto al Canal de Suez, y algunas zonas de la Península del Sinaí. Esto supone que la presión sobre el terreno es del todo impactante, y que es indudable que la fauna (que en su gran mayoría ocupa el mismo terreno) se vea muy afectada por las actividades humanas.
Importantísimo lugar de tránsito migratorio para la avifauna (parecido a nuestro Estrecho de Gibraltar) aunque en este caso para las que se desplazan desde Europa Oriental y Asia Occidental hasta el continente africano, por Egipto cruzan cada año millones de aves, que tienen que compartir espacio con seres humanos. Aquí es frecuente ver a escasa distancia algunas especies que en España o Europa casi no se dejan ver.
Y aparte de fauna ¿Cómo es Egipto y su gente?
Pues este país, cuna de grandes civilizaciones, está hoy en día enfocado económicamente hacia el turismo. El turista es el proveedor de ingresos, ya sea con sus visitas a los templos milenarios, a las increíbles pirámides, a las claustrofóbicas y hoy vacías tumbas o al impresionante museo de El Cairo, o bien con la compra de recuerdos, actividad que da trabajo directo a una buena parte de la población.
Edificios de aspecto inacabado por casi todos lados, y lujosos hoteles para turistas en algunos puntos. Rincones llenos de suciedad en las ciudades, y lujosos hoteles con piscina y yacusi junto a las arenas del desierto; bufets atiborrados de comida occidental para los miles de visitantes y comidas sencillas, parcas y fuertemente especiadas para los millones de nativos; una circulación absolutamente caótica en El Cairo (la ciudad africana más poblada, con casi veinte millones de habitantes) … y sobre todo un calor sofocante, que se intenta mitigar con mucha agua y mucho aire acondicionado: en autobuses, en barcos, en hoteles,… pero ojo, sólo para turistas… y para los pudientes (que también los hay).
Sí, Egipto hoy día parece vivir sobre todo del turismo, con una población que sufre un considerable grado de abandono social, casi el mismo que sufren sus monumentos milenarios (esos que proveen al país del 80% de los ingresos), y todavía con el importante lastre a sus espaldas producido por las guerras que mantuvo en defensa de sus hermanos palestinos … lastre económico y también lastre moral. Lo percibimos cuando nos muestran el monumento al soldado desconocido y la tribuna donde celebran su única y efímera “victoria militar”, la del 6 de Octubre de 1.973. La misma tribuna donde fue asesinado Anwar el Sadat en 1.981. ¡Para qué engañarnos! Las guerras siempre las provocan o las encargan (desde una distancia más que prudencial) los grupos poderosos de turno, con la única pretensión de ganar dinero y ser más poderosos todavía a costa de vidas inocentes.
Pero volvamos al Egipto de hoy. Y hoy es El Cairo; es Aswan; es Luxor; es el Canal de Suez; pero sobre todo, Egipto fue, es y seguirá siendo el Nilo. El río más largo que recorre la tierra, y que en su discurrir hacia el norte ha hecho a este un país completamente diferente de sus vecinos. Inmenso Nilo. Venerable; proveedor; sagrado … misterioso. Hoy su cauce está regulado por la alta presa de Aswan, que como todas las presas suponen una barrera ambiental y ecológica, pero que dadas las características de este país era necesaria para regular las impresionantes crecidas, para garantizar un bien tan preciado como el agua a su importante población y para generar una no menos necesaria energía eléctrica.
Egipto me ha dejado un grato recuerdo. Y no es que todo haya sido del todo gratificante, pues me sorprendió y me disgustó mucho el no poder tomar fotografías de determinados lugares: interior de museos, tumbas, templos, pirámides… hombre, puedo entender que no quieran que hagas fotos con flash en interiores, pero que sencillamente no se puedan hacer, para luego vendértelas ellos… ya está bien de tanto abusar del turismo. También, como a la mayoría, el agobio de los vendedores ambulantes me llegó a poner un poco de los nervios en algún momento; pero en el fondo piensas: de algo tendrán que vivir. Por lo que respecta al calor: contra la naturaleza no podemos ir. Vamos, en general, muy buen recuerdo. Recomiendo la visita.
Sospechaba que me iría por las ramas, y así ha sido. Pero no siempre voy a hablar de aves. Saludos.