lunes, 26 de octubre de 2009

Fotografiando Pigargos en Noruega

Pigargo al atardecer


Pigargo con su pez

Pigargo "de pesca"

Pigargo capturando pez

Pigargo con pez

Pigargo posado

Pigargo arrancando vuelo 1

Pigargo arrancando vuelo 2

Arrendajo

Gaviota al atardecer

Otra Gaviota

Hace unos días hizo un año del viaje que realicé a Noruega, con unos excelentes amigos, para fotografiar Pigargos en libertad, y también Bueyes Almizcleros (aunque estos serán objeto de otro artículo cuando tenga tiempo).
Fotografiar aves rapaces en libertad es siempre un sueño para cualquier fotógrafo de naturaleza, y no son pocas las aves de presa que ya he trabajado en Extremadura, pero hacer un viaje de más de 3.500 kms para intentar conseguir una nueva especie, y viajar nada menos que a Noruega, que es sin duda el país más caro de Europa y puede considerarse uno de los más caros del mundo (ej. una "cerve" cuesta allí entre 12 y 15 Euros y que nadie piense que es más grande) puede verse como un auténtico capricho. Sea como fuere, conocía la posibilidad de fotografiar Pigargos en tierras noruegas con cierto grado de éxito, gracias a la información recibida de algunos fotógrafos en su mayoría alemanes, y durante años le dí vueltas al asunto, hasta que por fin me decidí, y aproveché la ocasión y el precio especial que suponía ir con un grupito. Bueno, como he dicho antes, no sólo se trataba de un grupito, sino que todos eran conocidos (y algunos grandes amigos), aunque faltaba conocerlos a fondo; eso que sólo se consigue cuando se convive durante unos días de forma intensa. Y todos me sorprendieron gratamente por la gran educación que demostraron en todo momento, y por algo que personalmente valoro mucho: “saber estar en los sitios”. Y todos demostraron que sabían, y de sobra.
El lugar elegido era la pequeña localidad de Flatanger, el típico pueblo pesquero ubicado en un fiordo noruego, en este caso más o menos por la mitad del país. Una vez llegamos al aeropuerto de Trondheim, el señor Ole Martin Dahle (que sería nuestro guía durante una semana) nos recogió y nos llevó hasta nuestro alojamiento en el citado pueblecito. El alojamiento en cuestión es una casa preciosa (como las casas nórdicas) que Ole ha edificado para sus clientes, con cuatro habitaciones en la parte superior y capacidad para seis personas. Abajo tiene dos baños, cocina, comedor, y un espacio de relax con cientos de libros sobre naturaleza. Vamos, una auténtica pasada para los momentos de descanso de cualquier fotógrafo.
Ole Martin Dahle es un gran tipo (con lo de gran me refiero a que es enorme, aunque por lo que traté con él, como persona no se queda atrás) que durante años colaboró en un proyecto de conservación de Pigargos, y posteriormente reconvirtió su actividad como pescador en la de guía para ornitólogos y fotógrafos de naturaleza. Durante tres días salimos a navegar por diferentes fiordos descubriendo paisajes increíbles, y quedando maravillados por la cercanía de los Pigargos, que se aproximaban hasta 25-30 metros para recoger los peces que Ole les lanzaba. Por si fuera poco, durante todos los trayectos éramos seguidos por diferentes especies de Gaviotas que en gran número se disputaban los mendrugos de pan que nuestro guía les lanzaba. Incluso una mañana, a nuestro regreso de la cita con los Pigargos, compartimos hide los cinco a la espera de un Azor que no se presentó, pero en su lugar apareció un Arrendajo (por lo menos hicimos algo). Aunque llevaba todo el equipo, para la práctica totalidad de las fotos las hice durante el viaje usé un 70-200, y a lo sumo un convertidor 1.4, aunque también me fue útil el 18-70 para paisajes y el 500 para algunos Pigargos posados, y para la mencionada sesión de hide. También lo usé con los Almizcleros, pero esa es otra historia.
Hay quien puede pensar que esta forma de fotografiar especies salvajes no es del todo genuina, por el hecho de llevar un guía que no sólo conoce a la perfección el lugar, sino que además se encarga de proporcionar alimento a las aves. A mí personalmente me parece una actividad encomiable, digna de admirar y de imitar en otros lugares, toda vez que hace compatible la conservación de las especies salvajes con su conservación, fomenta un tipo de turismo de calidad que proporciona importantes ingresos en zonas rurales, sin ningún tipo de intermediarios, y en su conjunto es un claro ejemplo de de ese desarrollo sostenible del que tanto se habla hoy en día y tan poco se practica.
En otras épocas del año, Ole ofrece hides para fotografiar Urogallo, Gallo Lira, Águila Real, Azor, Cárabo Lapón, Alce, Buey Almizclero (del que hablaremos otro día)...
Los interesados pueden visitar su página web (totalmente recomendable):
http://www.norway-nature.com/