jueves, 16 de septiembre de 2010

Gangas y Ortegas en Aragón

















Las horas en el hide, con buena compañía, son más llevaderas.


Hace ya tiempo que debería haber renovado las imágenes del blog, soy muy consciente de ello, pero el caso es que numerosas obligaciones familiares y algunos proyectos y actividades de conservación de ANSER hacen que últimamente todo mi tiempo libre esté ocupado. Desde la vuelta de Noruega a mediados de Julio, sólo he tenido tiempo para hacer fotos un par de días, y a ello dedico esta entrada.

Fue a finales de Agosto cuando, aprovechando un viaje por asuntos familiares, saqué unas horas para visitar a mi amigo Enrique Santos de las Heras y conocer su afamado hide para aves estepáricas. Aunque la temporada ya estaba un poco pasadilla, los resultados fueron muy buenos, y por encima de todo, los ratos pasados en su compañía y en la de mi otro gran amigo Jose Mari Llavori, inolvidables.

No entraron muchas Gangas, y las pocas Ortegas que aparecieron ni siquiera llegaron a beber, pero hemos de tener en cuenta que esos días la temperatura bajó considerablemente. ¡Hasta hacía frío dentro del hide! La primera vez que paso frío dentro de un hide para Gangas y Ortegas.

He observado, fotografiado y estudiado a fondo el comportamiento de estas aves en La Serena durante años, y como era de esperar no difiere del que tienen en tierras aragonesas, pero lo que me ha sorprendido es que allí se muestran mucho más tranquilas y menos recelosas, sobre todo si tenemos en cuenta que el lugar viene siendo utilizado a diario por varias personas de forma simultánea. El tiempo que permanecen en las inmediaciones de la charca antes de beber, y algunas veces después de hacerlo, nada tiene que ver con la rapidez con que realizan la aproximación en La Serena, y sobre todo con la rápida huida que realizan aquí, nada más ingerir el preciado líquido.

La ubicación del hide, su camuflaje, el nivel de las ventanas con respecto al del agua, el mantenimiento del nivel de agua con escaso fondo, el uso de simuladores de lentes, ... todo digno de un maestro como Enrique. ¡De diez!

Todo mi ánimo para sacar adelante nuevos proyectos, que sin duda tendrán tantos seguidores como este, tanto por la importancia de las especies como por todo el trabajo bien hecho que hay detrás. Y lo digo con pleno conocimiento de causa.

Aunque la mayoría de fotógrafos valora positivamente el alquiler de hides, principalmente por los resultados que se consiguen, siempre hay algunos detractores de esta actividad. Como director de un proyecto similar con trece años de andadura y por tanto pionero en nuestro país, considero que en los tiempos que corren, más que adecuadas, estas acciones son necesarias, pues es al única forma de dar cabida al gran número de fotógrafos que hoy día, en mayor o menor medida, con más o menos
constancia, con mejores o peores equipos y con más o menos tiempo disponible, nos dedicamos a la fotografía de naturaleza. En mi opinión actividades de este tipo garantizan un mayor control que las acciones aisladas que pueda desarrollar cada fotógrafo por su cuenta, contribuyen a la conservación (siempre y cuando los propietarios reciban una parte de los beneficios, o como en el caso de ANSER que invierte el el resto en proyectos de conservación), y por supuesto potencian el desarrollo de las zonas rurales donde se enclavan.

Hide de Enrique para Gangas y Ortegas.